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Aire, fuego y deseo. La celebración del amor en todas las lenguas de la Iberia

 

El poeta Juan Carlos García Hoyuelos culmina tras cinco años de intenso trabajo un ambicioso poemario «Aire, fuego y deseo» en el que han colaborado en tareas de traducción un centenar largo de autores para presentar un trabajo originalmente escrito en castellano traducido a todas las lenguas habladas en la Península Ibérica. Poemas que también son interpretados por numerosos músicos en la grabación que acompaña al libro. Poemas que cantan al amor y reivindican la diversidad y el patrimonio cultural que toda lengua abarca. Hablamos con el autor sobre lo que ha supuesto este reto y su visión sobre la situación de las lenguas minorizadas en el ámbito geográfico ibérico.

 

¿Cómo surge la idea de llevar a cabo un proyecto tan ambicioso en el que tanta gente ha participado?

Mi interés por el estudio de las lenguas minoritarias, sobre todo por las europeas y entre ellas las ibéricas, es de hace mucho tiempo, hay que remontarse a la adolescencia cuando devoraba libros y artículos que trababan cuestiones de identidad y lingüística.

Me fascinaba ir descubriendo las diferencias, también idiomáticas, entre leoneses y castellanos, saber que el leonés, también llamado asturleonés, asturiano en Asturias y mirandés en el Distrito de Braganza (Portugal), era la lengua mayoritaria en el Reino de León antes de que el castellano fuese la lengua predominante, o descubrir que en Aragón el aragonés era el idioma vehicular no sólo por la población sino también de la monarquía aragonesa hasta el siglo XIV, e incluso se extendía por el sur de Navarra. Luego cayó en desuso, retrocediendo hasta llegar casi a la desaparición, salvo en el Pirineo oscense donde aún 10.000 personas lo hablan en el ámbito familiar.  Estas dos lenguas, el asturleonés y el aragonés, fueron el embrión de mi empeño por dar a conocer nuestra riqueza idiomática de los pueblos de Iberia. Afortunadamente seguimos teniendo idiomas vivos, cierto que varios de ellos en una situación lamentable, amenazados de extinción. No obstante quiero ser optimista, con mucho trabajo, pedagogía, voluntad por parte de las administraciones y con el interés de su población por no perder sus raíces, estamos a tiempo de recuperarlas.

Un día me dije que no bastaba con estudiar la situación actual de esas lenguas ni cuál era su ámbito geográfico, tenía que hacer algo más. Había publicado años atrás mi primer libro de poesías “Desde mi otro lado”, y con el segundo que estaba escribiendo me propuse darlo un nuevo enfoque, a través de la poesía quería acercar al lector, de la forma más didáctica y amena que pudiese, los años que había dedicado al estudio de las lenguas y modalidades lingüísticas de Iberia. Al concluir el que fue mi segundo poemario, titulado “Se lo dije a la noche”, decidí traducir algunas de sus poesías a las distintas lenguas ibéricas, oficiales y no oficiales, aquellas reconocidas por la Unesco. Asimismo incorporé varias traducciones al ladino (conocido aquí como sefardí), en homenaje a las más de 90.000 personas de origen judío sefardí que después de 500 años en la diáspora conservan esta lengua de origen castellano, si bien conserva numeroso vocabulario de otras lenguas latinas de Iberia (gallego, portugués, asturleonés, aragonés, catalán y valenciano), así como de aquellos países donde se fueron asentando. Lo que empezó por unas traducciones, siete u ocho, fueron poco a poco sumando más y más. Llegado a ese punto, el siguiente reto fue llegar a traducirlas todas, las 69. Esto me llevó alrededor de un año; conseguido el objetivo, empezó a rondarme por la cabeza adaptar musicalmente estas poesías; de esta forma sería mucho más fácil dar a conocer esa diversidad a las personas que no siendo lectoras habituales de poesía y sí aficionadas a la música, despertar su interés en averiguar que se escondía tras ese proyecto poético-musical. Me puse en contacto con cantautores, músicos y compositores a través de internet y, cuál fue mi sorpresa, que la mayoría aceptó, les fascinó el proyecto.

La acogida de “Se lo dije a la noche” fue increíble, fue presentado en A Coruña, Vigo, Xixón/Gijón, Llión/León, La Bañeza, Vitoria-Gasteiz, Burgos, Madrid, Ciudad Real, Zaragoza, Andorra la Vella, Barcelona, Castelló/Castellón, Valéncia/Valencia, Murcia, Córdoba y Tel Aviv. Así que con “Aire, fuego y deseo”, mi tercer y último poemario, quise seguir la misma línea, aunque con una idea mucho más ambiciosa en cuanto a la participación y calidad musical.

Llevar a cabo un libro como este supone reunir y coordinar a una ingente cantidad de colaboradores, explícanos qué criterios has seguido para elegir a los mismos y cómo ha sido en general la respuesta obtenida ante semejante propuesta.

Hay una premisa fundamental, a nadie de los colaboradores les pregunto por su ideología política, todos y todas tienen cabida siempre sabiendo que estos proyectos son multiculturales y plurilingüísticos. Por general son personas, organismos y asociaciones culturales vinculadas a las lenguas relacionadas en el libro, y a su vez muy ligados al mundo de la poesía y/o de la música. Por ello hay poetas, periodistas, lingüistas, filólogos, bertsolaris, rapsodas, compositores, músicos, cantantes, amantes del verso… un grupo heterogéneo que ha sabido desde el primer momento en que consistía primero “Se lo dije a la noche” y, recientemente, “Aire, fuego y deseo”. No ha habido imposiciones ni un molde inmutable, sino diálogo, sugerencias, mucho interés y generosidad, un derroche de generosidad. Todo lo contrario a lo que nos tienen acostumbrados los políticos y sus intereses inmovilistas, responsables en la mayoría de las ocasiones de conflictos lingüísticos que no existen ni debieran de existir en la sociedad.

Poemas escritos originalmente en castellano y traducciones a todas las lenguas habladas en el ámbito de la Península Ibérica más ladino sefardí, ¿a qué se debe esa elección geográfica?

Algo muy fundamental para cualquier amante de la diversidad cultural e idiomática ibérica es dar a conocer nuestras lenguas, algunas de ellas muy desconocidas, y con ello ayudar a su supervivencia. Sé que yo poco puedo hacer por mitigar la dramática situación de los idiomas que, gracias a las asociaciones y colectivos que luchan día a día, siempre con pocos medios, y en numerosas ocasiones frente a la administración, por salvarlas. Esto es un granito más, pero como bien dicen: granito a granito…

Gracias a la creación de las autonomías los idiomas oficiales han recuperado hablantes y su futuro si bien no es del todo seguro, salvo el catalán que goza de muy buena salud, no se encuentran en peligro de extinción. Sin embargo, el asturleonés y el aragonés, al no ser oficiales por motivos políticos, sufren el constante acoso perpetrado por ciertos partidos políticos estatales, quienes ven en estas lenguas una amenaza añadida a las existentes para la unidad de España. Ambos idiomas apenas logran avances y cuando éstos llegan y se ve algo de luz, con iniciativas que, olvidadas en los despachos de los gobiernos autonómicos, pueden suponer una esperanza para evitar el descenso de hablantes, llegan por parte de los enemigos de la diversidad los desprecios y esa falacia, usada como eterna excusa, de que los escasos recursos económicos han de ser destinados a temas más importantes, los que realmente demandan la sociedad.

En mejor situación está el occitano-aranés, lengua oficial en Cataluña, y A Fala, modalidad lingüística hablada en la comarca extremeña del Valle de Jálama (Cáceres), emparentada con el gallego y el portugués, que pese a no ser oficial por suerte prácticamente la totalidad de sus habitantes la hablan con fluidez. No así el murciano, extremeño y romanó (lengua de los gitanos), que de no emprenderse actuaciones urgentes para salvarlas, estarán abocadas a la desaparición.

También es complicada la situación del ladino, a partir del ocaso del imperio otomano, donde mantuvieron importantes privilegios, entre ellos seguir utilizando la lengua que trajeron de Iberia, y la devastadora Segunda Guerra Mundial, supuso que la mayoría de los sefardíes, huyendo en masa de la despiadada persecución a la que estaban siendo sometidos en Europa, pusiesen sus miras en el continente americano y en el nuevo estado de Israel, proclamado oficialmente el 14 de mayo de 1948. Los judíos sefardíes que se asentaron en Israel se fueron mezclando poco a poco con otros judíos llegados de otros países del centro de Europa o de Rusia, y como consecuencia de ello el ladino ha ido perdiendo sistemáticamente hablantes en un estado que tiene al hebreo como lengua oficial, la única entendida por la totalidad de la comunidad judía. Los que decidieron asentarse en América, por razones obviamente prácticas sustituyeron el ladino por el castellano estándar. Aun así, todavía es posible escuchar el ladino, tanto en Israel como en Estambul. No obstante, mucho me temo que en dos generaciones será un recuerdo, una asignatura romántica para los judíos de descendencia sefardí. Ojalá me equivoque.

¿Crees que existe una conciencia de habitante de la Iberia o la división de la misma en Estados, ambos además con terrenos insulares y con varias nacionalidades en su seno difumina ese sentimiento de pertenencia a un lugar tan marcado geográficamente hablando?

Por desgracia no existe esa conciencia, aunque poco a poco empieza a despertar un sentimiento por una identidad ibérica. Cito a un iberista conocido, muy convencido, el escritor portugués y Premio Nobel de Literatura José Saramago. Para que fructifique esta idea colectiva hay que respetar la idiosincrasia de todos sus pueblos, superando los intereses contrapuestos de los estados actuales (España, Portugal y Andorra), donde sus diferentes culturas y lenguas sean protegidas sin ninguna fisura por las leyes (hoy en día, no es así, poco importa que estas lenguas estén recogidas en un estatuto de autonomía si constantemente, como ocurre con el asturleonés en el País Leonés y Asturias o el aragonés en Aragón, los gobiernos autonómicos hacen caso omiso a las constantes denuncias que los ciudadanos presentan al Defensor del Pueblo por verse vulnerados sus derechos lingüísticos), fijando los mimbres en los que algún día, quien sabe, se estructure como un nuevo estado federal llamado Iberia, unido previa consulta en referéndum en cada uno de sus pueblos (insisto, no en cada estado que hoy conocemos). Es decir, nada parecido a lo que tenemos ahora.

¿Ha habido alguna traducción que te haya sorprendido especialmente por una sonoridad especial?

Muy difícil responderte a esta pregunta, todas tienen algo especial, aunque si tengo que destacar una de ellas me viene a la mente “Nun marcapáxinas”, traducida al gallego, que si escuchas su versión musical comprenderás perfectamente el porqué. Y ya que estamos, me encanta la versión musical, dado su sonoridad, de “En el destierru del mi silenciu”, traducida al extremeño.

Permíteme que aproveche la pregunta para destacar las traducciones de Amadeu Ferreira, Xaviel Vilareyo y Vicent Lluís Simó Santonja, que por desgracia fallecieron y no pude hacerles entrega del poemario y CD “Aire, fuego y deseo” como agradecimiento por su colaboración en este proyecto.
Lenguas utilizadas muchas veces más como elemento diferenciador, impuestas en demasiadas ocasiones o viviendo de espaldas las unas de las otras. Este libro sin embargo, parece tener como leit motiv una unión cimentada en la diversidad, que incluso no pretende diferenciar entre dialectos e idiomas, para reivindicar el valor cultural de todos ellos.

La convivencia es el pilar fundamental, es imposible construir un proyecto común si estamos de espaldas los unos de los otros, a veces enfrentados por temas perfectamente salvables y, lo que es peor, manipulados por quienes no tienen ninguna voluntad de aparcar sus diferencias para llegar a acuerdos. Las lenguas no pueden ser utilizadas con fines partidistas, eso es repugnante, y por desgracia y con reiteración las convierten en armas con las que alimentar su odio hacia el adversario. El idioma castellano no  tiene que ser convertido en la excusa perfecta con la cual barrer del mapa a nuestras lenguas ibéricas, no solo el bilingüismo es posible sino que debiera de ser el cóctel perfecto; está demostrado que las personas bilingües tienen muchísima más facilidad para aprender una tercera, cuarta o quinta lengua. Los que dicen que antes de que sus hijos hablen aragonés, es preferible que aprendan bien el inglés o el francés, es totalmente ridículo. Les preguntaría, ¿cuántas personas que hablan el euskera o el catalán, por poner dos ejemplos, hablan con fluidez un tercer idioma?, seguro que son muchos más que los que son monolingües, de eso no me cabe la menor duda.
Es llamativo que tanto en “Se lo dije a la noche” como en “Aire, fuego y deseo” sus colaboradores aceptaron participar con entusiasmo cuando comprobaron que ambos proyectos no existían lenguas de primera ni de segunda, sino que todas eran recibidas y mostradas por igual, independientemente del número de hablantes. Que nadie se equivoque, este es el camino a seguir, quien pretenda hacer de una lengua la bandera en la que reflejarse todos, máxime si es por Real Decreto, llevando a un segundo plano o, si es posible, al olvido a otras lenguas tan nuestras como pueda serlo el castellano en las comunidades castellanoparlantes, recogerá mucha frustración a la vez que rechazo. Sería fantástico que un día los andaluces o los castellanos, por citar a estos dos pueblos, tuviesen la misma inquietud por aprender una de las lenguas ibéricas (portugués, euskera, gallego, aragonés…) como el que se decide a estudiar un idioma extranjero. Ese día habremos ganado mucho, tal vez podamos decir que “ahora sí que somos un país”

El amor es el tema principal de la colección original de poemas, algunos de ellos incluso celebratorios hacia ese sentimiento, ¿es más difícil escribir sobre la euforia de sentir un amor pleno que describir el dolor del desamor?

Sí, sin ninguna duda, describir el dolor del desamor es una terapia, te ayuda a sobrellevar algo mejor la pérdida, la desilusión, la frustración de lo que pudo ser y al final, por una cosa o por la suma de muchas, no pudo llegar a buen puerto. Al igual que el que pinta un óleo o moldea una escultura, los versos enmascaran el estado anímico del autor, deja parte de él es su obra, y quieras o no, te liberas de ese halo de incertidumbre o desasosiego.  Eso es así, desde luego que un vaso de agua no elimina la sed, pero la mitiga y ayuda a controlar la fatiga.

La mayoría si no toda tu obra se ha desarrollado en el ámbito poético, ¿qué tiene la poesía como herramienta para expresar tu relación con el mundo que no tenga otros géneros literarios?
Para mí son las metáforas y ese ritmo adiestrado de las rimas que te permite decir sin explicar, morir todas las noches, o denunciar una injusticia sin que tenga que ir pulida de presunciones (a los poetas no nos hace falta), o resistir cuando no queda una muralla con la cual defenderte, o amar más allá del adiós…

 

«Aire, fuego y deseo» Ed. Beta 360 páginas, 14 Euros.
http://www.edicionesbeta.com/libro.php?id=465

 

El libro incluye un disco en el que varios poemas son musicados por diversos autores. Aquí puedes escucharse algunos de ellos:
https://youtu.be/SB4WNHzHEIY
Paco Damas – Aire, fuego y deseo

https://youtu.be/9Yk6QP859Ck
Manuela Elena – En el destierru del mi silenciu (en extremeño)

https://youtu.be/63X1ATL9T8w
Toni Xuclà & Gemma Humet – Ni hi ha dia sense tu (en catalán)

https://youtu.be/_mimz39I7tA
Imma Frías – recitación del poema «Besos de aire y fuego»

https://youtu.be/tnf7K2HDMcQ
Gabriel Moreno – Living off your heart throbs (en inglés, representa a Gibraltar)

https://youtu.be/093C-Kezf_U
Gemma Sanz – Culpable

https://youtu.be/a4llCvOM8s4
Liliana Benveniste – En un markaoja (en ladino)

https://youtu.be/HjIIZsQZpEo
Gontzal Mendibil – Begiratu niri (en euskera)


Gonçalo Salgueiro – Nâo há um dia (en portugués)

https://youtu.be/mgbxFgPg2aI
Isabel Doceda & Josep Cubells – No hi ha dia sense tu (en valenciano)

https://youtu.be/gDWDYbH3z_g
Santxo – Atrévete

https://youtu.be/zTxesxhezb8
Norberto García Hernanz – recitación del poema «Mi río converso»

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