El escritor Asier Ávila nos lleva a través de ‘Fiesta’ a la España de las discotecas, la música electrónica y el hedonismo. En esta entrevista nos comparte lo que le impulsó a contar esta historia y sus reflexiones sobre el legado de este fenómeno cultural.
¿Cuál fue el detonante que te hizo querer contar esta historia sobre la música electrónica, la noche y el hedonismo en España?
Varios motivos. El primero es la necesidad de entender un fenómeno masivo que marcó a varias generaciones de españoles y que actualmente está en claro declive. Hablo del fin de semana como rito de paso, de las discotecas como escenarios mitológicos en los que los jóvenes dejaban definitivamente el mundo infantil para entrar en el oscuro y atractivo mundo adulto. El segundo es mi intención de dar salida a varias historias extraordinarias que no solo servían de andamiaje y eran referenciales para entender la evolución de la fiesta, sino que también tenían todo aquello que yo como guionista y director de formatos audiovisuales busco constantemente: tragedia, drama, transformación.
A lo largo de ‘Fiesta’, aparecen nombres fundamentales de la escena musical de aquellos años, ¿Hubo algún personaje o episodio que te sorprendiera especialmente mientras investigabas?
Creo que lo que pasó en Cataluña con el fenómeno mákina es muy interesante. Por su conexión con el espíritu de la época, por su rápida adopción por jóvenes de extrarradio, por la rápida evolución y la llegada del fenómeno skinhead que lo transformó todo. La historia de la discográfica Max Music es sin duda una de mis favoritas.
En el libro no solo hablas de música, sino también de los empresarios, DJs, drogas, política…, ¿es un buen baremo para definir a una sociedad la música que produce y consume?
Totalmente. España consumió música de baile comercial durante varias décadas de manera masiva. ¿Qué podemos entender de esto? Mucho, en mi opinión. Por poner un ejemplo basado en la historia de la discográfica Max Music. Los millones de discos vendidos con aquellos mega mixes ultra comerciales (los Bombazo Mix, los Máquina Total, los Currupipi Mix, etc…) muestran un país ávido de consumir y tirar, de adoptar al máximo las potencialidades del capitalismo más seductor, de vivir el instante sin preguntarse nada. Con lo bueno y (especialmente) malo que todo esto tiene, por supuesto.
¿Queda hoy en día algo de aquel movimiento o las sucesivas generaciones han hecho su propio camino ignorando a sus predecesores más que seguir donde ellos lo dejaron?
En mi opinión, la fiesta no desaparece. En esencia es connatural al ser humano pero la fiesta que se describe en el libro, la que convirtió el fin de semana en salida a la oscuridad de una vida gris a través de discotecas y música de baile revolucionaria, ya no existe. Solo hay que tomar en cuenta el descenso brutal en el número de discotecas que ha habido en España en las últimas dos décadas. La música de baile es ahora un reducto (con clubs y colectivos que lo mantienen vivo en el underground) y son los festivales (la fiesta concentrada en unos pocos días al año) y las zonas turísticas (beach clubs, hoteles con pistas al aire libre, el tardeo…) las que marcan la tendencia seguir a nivel masivo. ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuál será la evolución del hedonismo bailable y la fiesta? La tendencia, en mi opinión, es hacia la desaparición del formato discotequero tal y como se describe en el libro.
‘Fiesta’. Asier Ávila, Ed. Libro del K.O. 200 páginas. 21.90 euros