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“Realidad en mono”. Ascenso y caída de una banda musical

La escritora Ale Oseguera publica “Realidad en mono”, novela que narra la historia de una banda ficticia de música surgida de un programa de televisión. Una historia que sirve como excusa para disfrutar de la música y alertar de los peligros de la mercantilización de la creatividad artística.

¿Cuál sería el tema central de la novela? ¿Una declaración de amor por la música? ¿una crítica a la industria del espectáculo? ¿documentar esa parte oculta de la vida de una banda a la que el público no tiene acceso?

En el centro de Realidad en mono hay una historia sobre la incomunicación y sobre la música como lenguaje. Luego hay otros temas: el maquiavelismo imperante en la industria del espectáculo, la construcción de la identidad individual bajo el escrutinio del ojo público, la creatividad y ego del artista, entre otros. En la novela, la música, este maravilloso invento del ser humano, es un arte corrompido con el fin de conseguir fama y dinero. Pero también es la manera más pura y honesta en la que las personas pueden expresar sus sentimientos.

Las sociedades hemos categorizado todo para entenderlo. Con la música nos hemos inventado géneros y subgéneros: clásica, rock, blues, reggaetón, trap, techno… Así también hemos clasificado la expresión de la sexualidad: heterosexualidad, homosexualidad, etc… En mi novela tengo a Richie y Orlando, mis protagonistas, que son a la vez socios, cómplices y rivales; pero que más que nada son dos personas queriendo, por encima de cualquier etiqueta, ser y estar en el mundo; luchando contra las restricciones que pretende ponerles la gente. Con esta historia quería llegar al fondo de toda expresión humana: las emociones, y narrar cómo su comunicación está mermada tanto por sus propias contradicciones como por las trampas sociales.

Esta es tu primera novela tras publicar varios poemarios, ¿va a ser algo puntual o esta será la primera de más incursiones dentro de la narrativa?

No es la primera novela que escribo, pero sí es la primera que se publica. Como dices, llega tras dos poemarios; pero la narrativa, de hecho, es el medio en el que he explorado más a fondo mi escritura. Yo empecé, muy niña, escribiendo cuentos. Mi madre dice que aún guarda algunos, de hecho. Luego a los quince empecé una primera novela que está archivadísima.

La poesía es un formato en el que exploro mi yo más íntimo. En esta novela, me ha servido para explorar así el yo de los personajes. También para componer las letras de las canciones que conforman el repertorio del grupo Mono Real, al que pertenecen Richie y Orlando.

No será algo puntual, lo de la novela. Ahora mismo ya estoy trabajando en una segunda; pero estoy en un momento aún de documentación, en una fase embrionaria.

Eres colaboradora en Radio3, emisora principalmente musical, ¿has tenido algún tipo de asesoramiento de algún compañero de trabajo o influencia de algún tipo a la hora de conformar la lista de canciones que conforman la banda sonora de la novela?

Hasta hace poco trabajaba en Sol de Sants, estudio que dirige el productor Alberto Pérez. Esta experiencia me ha servido para inmiscuirme en el mundo de la producción musical. En Alberto encontré un cómplice. Me ayudó muchísimo con la jerga del oficio, a distinguir una Fender Stratocaster de una Telecaster, a comprender las fases de grabación de un disco…

En la novela utilizo el formato de guion televisivo, que es como una segunda narración paralela de la historia. El detonante de la historia es el documental sobre Mono Real que Richie mira, poniendo en contraposición su propia experiencia. Para esto, además de mi propia trayectoria en medios, tanto en México como en Barcelona, tuve colaboración de colegas que trabajan en cine y televisión.

El soundtrack de la novela, que sobre todo recorre el indie, el pop-rock y la electrónica, está basado en mi propia melomanía. Así como se han escrito novelas sobre el jazz, ahí tenemos a Cortázar, yo quería hacer una novela de música contemporánea; llevar a la literatura la música de los últimos treinta años.

Luego, también están las lecturas. Leí mucha crónica de conciertos, reseñas de discos y biografía de músicos como Morrisey, Kim Gordon, Cerati o David Byrne. Y libros que giran en torno a músicos. Uno de los que más me marcó es Esperanto, del gran Rodrigo Fresán. Quería poder transmitir con palabras la inmaterialidad y lo sublime de la música.

“Realidad en mono” es una novela cuya trama se desarrolla en torno a un programa de televisión, ¿crees que la novela hará el camino inverso y dará el salto a la pantalla en forma de serie o película?

Espero que sí. Veo perfectamente esta historia en formato audiovisual. De hecho, un día hice un tuit a Manolo Caro, creador de La Casa de las Flores. Coincidí con él en la adolescencia. Actuábamos en la misma compañía de teatro. Creo que podría gustarle. No me respondió, claro.

Ahora, si me dieran a elegir, se la daría a Jarmusch para que hiciera algo como la enorme Only lovers left alive. O a Guadagnino, que hizo la bellísima Call me by your name.

La meticulosa descripción de la banda y su trayectoria da pie a pensar que pueda haber futuras historias protagonizadas por «Mono Real», ¿será así?

Nunca lo pensé, pero no es la primera vez que me lo preguntan. Como si hubieran ganas de una secuela. O de explorar los años desde que la banda se disuelve hasta que Richie retoma su carrera como músico (no hay spoilers aquí, no os preocupéis). Sí se me quedaron escenas, anécdotas y más historia en el cajón cuando construí la novela. El mundo de la música da para mucho. Si Realidad en Mono se convierte en serie, habrá más espacio para desarrollar todo eso. Aquí dejo la invitación; a ver si alguien recoge el llamamiento.

“Realidad en mono” Ale Oseguera

Editorial Aloha!, 251 páginas, 15 Euros

https://dobleaire.wordpress.com/

David Tijero Osorio:
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